Séptima entrega de la serie «Masculinidades e Igualdad» del Blog de la Fundación iS+D. En esta ocasión recogemos un artículo de Jose Ángel Lozoya, miembro del Foro y de la Red de Hombres por la Igualdad. Un interesante trabajo en el que reflexiona sobre masculinidad, tipos de violencia, género y educación.
Jose Ángel Lozoya
Miembro del Foro y de la Red de Hombres por la Igualdad
«Las violencias masculinas y la prevención
de la violencia contra las mujeres»
La violencia es una conducta asociada a los hombres desde que nos suponemos encargados de la caza y la defensa, de la conquista de bienes y territorios. Ha sido -y sigue siendo con demasiada frecuencia- el argumento decisivo en la resolución de todo tipo de conflictos y luchas por el poder; aunque acostumbra a responsabilizarse de su uso a quien sufre sus consecuencias, y se presenta como indeseada, inevitable o preventiva.
La masculinidad tradicional descansa sobre los hombros de héroes, guerreros, caudillos y conquistadores. Estos llenan los libros de historia de una mística de la masculinidad belicosa que pretende que a todos los hombres se nos suponga el valor para ejercerla
Si repasamos la historia de la humanidad, podríamos llegar a la conclusión de que violencia y masculinidad son inseparables: forman una pareja tan unida que solo mediante una complicada y peligrosa intervención quirúrgica podríamos arriesgarnos a separarlas, asumiendo que ambas perecerán en el intento.
Todos hemos sido educados en una sociedad machista, y seguramente hemos incurrido en formas de microviolencia contra las mujeres, no necesariamente conscientes ni intencionadas; esto nos obliga a permanecer siempre alerta.
La violencia es una práctica y un universo especialmente masculino. Las mujeres apenas aparecen como protagonistas de actos violentos hasta finales del siglo XX, y cuando lo hacen suele ser como personajes secundarios: Helena de Troya, Mata Hari, etc.
Los hombres que nos oponemos a la violencia ejercida por hombres contra las mujeres estamos ganando influencia y visibilidad, vamos avanzando en organización y formamos el embrión de un movimiento autónomo que interviene, cada día, en más espacios donde se lucha contra el machismo.
Por Jose Ángel Lozoya
Miembro del Foro y de la Red de Hombres por la Igualdad, artífice del programa de trabajo con hombres y masculinidades en Jerez de la Frontera (Cádiz) y cofundador de la clínica «Los naranjos».