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El concepto de «género» desde la óptica de las Ciencias Sociales

¿Qué es el género? ¿Cuál es la concepción del género desde las diferentes áreas de las Ciencias Sociales? ¿Cómo se entiende desde la óptica de la Sociología, la Antropología o la Psicología Social?

El concepto de «género» tiene diferentes acepciones según se considere desde el punto de vista sociológico, antropológico o psicológico.

Para tratar de explicar cada punto de vista y perspectiva, y dada la interdisciplinariedad de los estudios de género, traemos una nueva entrada de la serie de Género, Igualdad y Derechos Humanos del Blog de la Fundación iS+D. Si te interesa, no dejes de echar un vistazo al resto de entradas publicadas.

Género y Ciencias Sociales

La perspectiva de género de las Ciencias Sociales vino, en los países occidentales, de la mano del movimiento feminista de los años 60, al poner de relieve la posición de subordinación de la mujer en la sociedad. Relacionaron esta dominación con el poder ejercido por los hombres sobre las mujeres en general, un poder que iba más allá del Estado y de los aparatos burocráticos. También pusieron de relieve una de las consecuencias de las relaciones de desigualdad entre los hombres y las mujeres: la visión androcéntrica con la consiguiente invisibilidad femenina. Esta situación llevó a varias académicas a rescatar la contribución de la mujer al desarrollo humano (de Barbieri, 1993).

La influencia del movimiento feminista dio una vuelta sustancial a las Ciencias Sociales al incorporar el género como categoría de análisis, ya que anteriormente los estudios sociales no planteaban ningún cuestionamiento acerca de la posición de las mujeres y los hombres en la organización social, pues no dejaban de interpretar las relaciones sociales en clave patriarcal y androcéntrica (Alberdi, 1999).

Desde la nueva óptica feminista el sustantivo «género» se enmarca dentro de un conjunto de relaciones asimétricas basadas en la dominación masculina. Se suele considerar a la antropóloga Gayle Rubin la primera en utilizar el concepto género en este sentido (Rubin, 1975), si bien se considera como precedente a Simone de Beauvoir cuando en El Segundo Sexo, publicado en 1949, afirma que la mujer no nace, sino que se hace (de Beauvoir, 2000).

A partir de entonces, la perspectiva de género se va incorporando a las diversas disciplinas científicas: historia, arqueología, literatura, etc., aportando visibilidad al colectivo femenino que hasta entonces había permanecido sumido en la oscuridad, al tiempo que se traslada al campo de las Ciencias Sociales la necesidad de estudiar los diversos tipos de organización social que han existido y que existen, teniendo en cuenta a las mujeres.

Paulatinamente van apareciendo estudios relativos a la relación sexo-género centrados fundamentalmente en la condición de la mujer, hasta el punto de que se suele confundir estudios de género con estudios sobre mujeres. A eso se refiere Scott (1996) cuando señala que los estudios históricos de género son más bien estudios de historia sobre las mujeres. Zemon Davis (1975), por su parte, señala la necesidad de hacer estudios de hombres también, pues estudiar solo a las mujeres no permite analizar a la sociedad.

Género y Sociología

La óptica sociológica incluye las relaciones entre mujeres y hombres dentro de la organización y funcionamiento de una sociedad, lo que implica no solo el estudio de las mujeres, sino las relaciones mujer-hombre, mujer-mujer y hombre-hombre (de Barbieri, 1993). Son estos estudios los que expanden el concepto género y su consideración de sexo socialmente construido.

Relaciones entre los sexos

Fuente: Libro «Hacia un Feminismo del Punto Medio: Nueva Teoría para la Igualdad de Género»

El significado que se otorga al concepto género está relacionado con la elaboración social del rol que se espera que una persona interprete en función de su sexo biológico (Rubin, 1975; Lagarde M., 1996; Cazés, 1998; Alberdi, 1999; Lamas, 1998). Muy interesante resulta el análisis de Bourdieu para quien las diferencias sexuales se basan en los roles sociales organizados sobre la idea de los opuestos. Estos roles están tan arraigados en la población que se «naturaliza» lo que es una construcción social. Esa «naturalidad» del orden social masculino hace que no requiera justificación y que se considere como algo naturalmente evidente (Bourdieu, 2000).

Género y Psicología

Desde la perspectiva del psicoanálisis Nancy Chodorow (1995) sugiere que el género es una creación emocional y una interpretación intra-psíquica continua de significados culturales y de experiencias corporalesemocionalespersonales y de otras personas, todo mediado por la fantasía consciente e inconsciente. Judith Butler (1996), por su parte, señala que las personas no solo se construyen socialmente, sino individualmente también, lo que permite la innovación respecto a patrones culturales existentes.

Algunos/as teóricos/as provenientes de la psicología social hacen una aportación interesante al diferenciar entre el concepto de género propiamente dicho, de las actitudes de género o sexismo que clasifican en hostiles y benévolas, ya que no solo existen actitudes negativas relativas a la condición femenina, sino que algunas son positivas, como las de ayuda o protección. Estas actitudes sexistas benévolas se basan en la dependencia de los hombres de las mujeres para la procreación y porque se sienten vinculados a las mismas afectivamente, lo que lleva a su especial protección (Moya, Páez, Glick, Fernández, & Poeschi, 2002). Esta teoría entronca con la de Gerda Lerner (1986) al afirmar que las poblaciones que mejor protegieron a las mujeres durante los comienzos del sistema patriarcal fueron las que más crecieron.

Género y Antropología

La antropología pone el acento en los aspectos culturales diferenciales entre las mujeres y los hombres. Destacan como pioneros los trabajos de Margaret Mead y Ruth Benedict. La primera publica en 1935 un estudio sobre tres culturas diferentes de Nueva Guinea: Araspesh, Mundugumor y Tchambuli; y afirma que roles de sexo de cualquier sociedad no son obra de la naturaleza, sino construcciones sociales que en la mayoría de los casos no tenían relación con el sexo biológico (Mead, 2007). La segunda explica, a través del estudio del modo de vida de tres sociedades: Zuñi de Nuevo México, Dobu del Norte de Nueva Guinea y Kwakiutl de Canadá (Benedict, 1934), la influencia de la cultura como determinante de la conducta de las personas.

No obstante, al igual que el resto de las ciencias sociales, el análisis antropológico de las culturas ha tenido un marcado carácter androcéntrico. Las mujeres interesaban en tanto que son madres dentro de las relaciones de parentesco (Carranza Aguilar, 2002). Será a partir de los años 70 del siglo XX cuando la antropología de género rescate el valor de las mujeres dentro de sus culturas como miembros activos de las mismas.

Existe un conjunto de teorías que intentan explicar las causas de la subordinación femenina dentro del patriarcado, o dicho de otro modo, de la dominación masculina sobre las mujeres. Ortner (1979) explica la universalidad de la subordinación femenina basándose en la ostentosidad de la maternidad que acerca a las mujeres a la naturaleza, hecho que en los varones no se da. Es por ello que se asocia feminidad con naturaleza y masculinidad con cultura. Esta asociación parte de una base biológica pero es la valoración social la que sitúa a los hombres y las mujeres en una relación de dominación-subordinación, cuestión compartida por Rosado Millán (2011) al destacar como rasgo inherente de la paternidad su imperceptibilidad.

Cuidados y mundo exterior

Fuente: Libro «Hacia un Feminismo del Punto Medio: Nueva Teoría para la Igualdad de Género»

Hay autoras que parten de la maternidad para explicar la posición de las mujeres en la sociedad que las relega al espacio privado de lo familiar, mientras la vida exterior queda encomendada a los hombres. Una aportación interesante de la autora Michelle Rosaldo (1979) es que destaca la dificultad de hacerse hombre al tener que romper con la parte familiar en la que ha nacido pasados sus primeros años de vida.

Rosado Millán (2011), partiendo de la base de que el género es una construcción social, ofrece más recientemente una visión algo diferente acerca de esta posición de subordinación de la mujer desde una perspectiva de género. Fue el descubrimiento de la paternidad biológica y la sedentarización las que dieron lugar a la dominación masculina, como ya se ha expuesto anteriormente.

Fernández Poncela (1998) afirma que, a nivel antropológico, se ha pasado de los estudios de la mujer a la investigación sobre las relaciones de género, conceptualizando ambos sexos social y simbólicamente, y analizando las relaciones con el mundo y entre ellos.

Por último, es interesante la aportación de Facio, que desvincula el género de colectivos vulnerables:

El concepto de género no se refiere a un «sector» o «grupo vulnerable» de la sociedad. […] Es importante entender que las mujeres no somos un grupo o minoría social porque conformamos la mitad de la humanidad así como los hombres son la otra mitad. Tampoco constituimos un grupo vulnerable. A lo sumo podríamos ser un grupo vulnerabilizado por el patriarcado y las estructuras de género. Por su parte, el género jamás puede utilizarse para referirse a ningún grupo de personas, vulnerables o no, porque como se ha repetido, el género hace alusión a la construcción social de lo femenino y lo masculino de manera dicotómica y jerarquizada. (Facio, 2002)

·························

Alberdi, I. (1999). El significado del sexo en las ciencias sociales. Política y Sociedad, nº 32, 9-21.

Benedict, R. (1934). Patterns of Culture. New York: Houghton Mifflin Company.

Butler, J. (1990). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. México: Paidós.

Carranza Aguilar, M. E. (2002). Mujer y Antropología. En C. Lomas, Mujer y educación (págs. 21-32). Barcelona: Graó.

Cazés, D. (1998). La perspectiva de género: guía para diseñar, poner en marcha, dar seguimiento y evaluar proyectos de investigación y acciones públicas y civiles. México: CONAPO.

Chodorow. (1995). Gender as a Personal and Cultural Construction. Signs, vol. 20, nº 3, 516-544.

de Barbieri, T. (1993). Sobre la categoría Género. Una introducción teórico-metodológica. Debates de Sociología, nº 18.

de Beauvoir, S. (2000). El segundo sexo. Madrid: Cátedra.

Facio, A. (12 de agosto de 2002). ENGENERANDO NUESTRAS PERSPECTIVAS Engenerando nuestras perspectivas. Otras Miradas, vol. 2, núm. 2, 49-79. Recuperado el 1 de julio de 2016, de http://centreantigona.uab.es/: http://centreantigona.uab.es/docs/articulos/Feminismo,%20g%C3%A9nero%20y%20patriarcado.%20Alda%20Facio.pdf

Lagarde, M. (1996). Género y Feminismo. Desarrollo humano y democracia. Madrid: horas y HORAS.

Lamas, M. (1998). Sexualidad y género: la voluntad de saber feminista. Isis Internacional, 49-67.

Lerner, G. (1986). The Creation of Patriarchy. New York: Oxford University Press.

Mead, M. (2007). Sex and Temperament in Three Primitive Societie. New York: HarperCollins.

Moya, M., Páez, D., Glick, P., Fernández, I., & Poeschi, G. (2002). Masculinidad-Feminidad y Factores Culturales. Revista Española de Motivación y Emoción, 3, 127-142.

Ortner, S. (1979). ¿Es la mujer al hombre lo que la naturaleza a la cultura? En O. Harris, & K. Young, Antropología y feminismo (págs. 109-131). Barcelona: Anagrama.

Rosado Millán, M. J. (2011). Los hombres y la construcción de la identidad masculina. Madrid: Fundación iS+D.

Rosado Millán, M.J. y García García. F. (2018). Hacia un Feminismo del Punto Medio: Nueva Teoría para la Igualdad de Género. Fundación iS+D para la Investigación Social Avanzada

Rosaldo, M. (1979). Mujer, cultura y sociedad: una visión teórica. En O. Harris, & K. Young, Antropología y feminismo (págs. 153-181). Barcelona: Editorial Anagrama.

Rubin, G. (1975). The Traffic in Women: Notes on the ‘Political Economy’ of Sex. Monthly Review Press, 157-210. Obtenido de Rubin, G., 1975, «The Traffic in Women: Notes on the ‘Political Economy’ of Sex», in Toward an Anthropology of Women, R. Reiter (ed.), New York: Monthly Review Press.

Scott, J. (1996). El género: una categoría útil para el análisis histórico. En M. Lamas, El género: la construcción cultural de la diferencia sexual (págs. 265-302). México: Miguel Ángel Porrúa.

Zemon Davis, N. (1975). Womens History in Transition: The European Case. Feminist Studies, nº 3.

Mª Jesús Rosado Millán

Presidenta de la Fundación iS+D para la Investigación Social Avanzada

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