¿Qué encaje tiene la sostenibilidad dentro de la perspectiva de género? ¿Cómo se vincula el feminismo con el ecologismo? ¿Qué es el ecofeminismo?
Muchos de los problemas que afectan al medioambiente son producidos por la actividad humana y esta actividad es producto de una serie de valores, creencias y costumbres sociales que dentro del patriarcado adquieren un significado concreto. Una de las ideas más arraigadas es la necesidad de competir para alcanzar el poder, cuyo mantenimiento requiere la disposición y ostentación de recursos materiales. Cuantos más recursos se puedan acumular, más poder se puede detentar.
Esto ha supuesto, en la mayoría de las sociedades actuales, una serie de dinámicas a nivel económico y de desarrollo cuyas consecuencias para el planeta y por ende para todos los seres vivos son cada vez más visibles: cambio climático, crecimiento y consumo ilimitado, destrucción de ecosistemas, etc.
De todo ello hablaremos hoy en esta nueva entrada de la serie Género, Igualdad y Derechos Humanos del Blog de la Fundación iS+D. Si te interesa, no dejes de echar un vistazo al resto de entradas publicadas.
Sostenibilidad versus crecimiento ilimitado
Hasta ahora, se ha estado hablando de sociedad, de socialización, de comunicación, etc., considerando la economía como un producto social, lo que no significa que su importancia sea menor. No solo forma parte de la vida social, sino que direcciona muchas de sus actividades y se encuentra en la base de algunas de sus dogmas. Durante mucho tiempo, desde que triunfó la Revolución Industrial y dio paso al capitalismo, la creencia en el crecimiento continuo –lo que equivale a considerarlo ilimitado– formó parte sustancial del nuevo sistema económico.
La toma de conciencia de que el crecimiento no podía ser ilimitado en un mundo finito se empieza a forjar a partir de la segunda mitad del siglo XX. El Informe al Club de Roma sobre los límites del crecimiento supuso el inicio de la conciencia sobre el impacto negativo que la actividad humana estaba suponiendo para el planeta y abrió el camino a la idea de sostenibilidad como principio revisor de la misma (Senent de Frutos, 2013). Este Club estaba formado por un grupo de personas provenientes de distintos ámbitos sociales y con formaciones académicas diferentes. En su Informe de 1972 advierten de los problemas que enfrenta la Humanidad: pobreza en medio de la riqueza; degradación medioambiental; pérdida de confianza en las instituciones; desarrollo urbano incontrolado; inseguridad en el empleo; alienación de la juventud; rechazo de los valores tradicionales; inflación y otras perturbaciones monetarias y económicas (Meadows, Randers, & Behrens III, 1972).
- Los problemas medioambientales derivan en gran parte de los valores patriarcales: la dominación a cualquier precio y el antropocentrismo.
Posteriormente, el informe Nuestro Futuro Común, más conocido como Informe Brundtland, publicado en 1987 por la Comisión Mundial del medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, supuso también una crítica al modelo de desarrollo basado en el crecimiento ilimitado.
La sociedad civil también se movilizó a través de las organizaciones ecologistas que se crearon en los años sesenta y setenta del siglo XX: World Wild Fund (WWF) en 1961; Asociación para la Defensa de la Naturaleza en 1968; o Greenpeace en 1971, por citar alguna de ellas.
En la década de los ochenta tuvieron lugar dos grandes desastres medioambientales: el accidente de la central nuclear de Chernóbil y el desastre del petrolero Exxon Valdez en las costas de Alaska, accidentes que volvieron a poner de manifiesto la necesidad de incorporar la perspectiva medioambiental a la agenda de los países. A raíz de estos problemas, se sucedieron las reuniones internacionales para debatir sobre este tema (Paniagua & Moyano, 1998).
Todos estos movimientos recogen dos ideas contrarias al crecimiento ilimitado: los recursos de los que provee la naturaleza son limitados; y la salud del planeta es también la salud del género humano (Senent de Frutos, Antonio, 2013).
La sostenibilidad desde una perspectiva de género
Los problemas medioambientales derivan en gran parte de esos valores patriarcales: la dominación a cualquier precio y el antropocentrismo. Pérez Orozco pone el acento en la sostenibilidad de la vida e incluye todas las actividades necesarias para su mantenimiento, que van más allá de los meros procesos productivos de bienes y servicios. Visibiliza de esta manera muchas actividades escondidas que han sido precisamente las realizadas por mujeres por haber estado siempre en segundo plano (Pérez Orozco, 2015).
En este mismo sentido se pronuncian Bosch, Carrasco y Grau, al considerar que los estándares de vida van más allá de «una cesta de bienes». Incorporan la satisfacción de las necesidades biológicas, sociales, emocionales y afectivas, que requieren recursos materiales, cuidados y afecto (Bosch, Carrasco, & Grau, 2005).
- Junto al derecho de las mujeres, hay que incorporar el resto de los derechos humanos y no humanos para, desde una perspectiva holística, conseguir la transformación de un sistema social que presenta más inconvenientes que ventajas.
En ambos casos, se traslada el androcentrismo patriarcal al centrismo en la vida y su preservación, y se rescata la importancia de las mujeres en este cometido al incorporarse las funciones sociales que estas han venido desempeñando durante mucho tiempo.
Para Puleo, el ecofeminismo es un intento de abordar la cuestión medioambiental desde los conceptos de mujer, género, androcentrismo, patriarcado, sexismo, cuidado, etc., y resume lo que considera que forma parte del mismo:
- Ser un pensamiento crítico.
- Reivindicar la igualdad y la autonomía de las mujeres.
- Aceptar con prudencia los beneficios de la ciencia y la técnica.
- Fomentar la universalización de los valores de la ética del cuidado hacia los humanos y la Naturaleza.
- Asumir el diálogo intercultural.
- Afirmar la unidad y continuidad de la Naturaleza desde el conocimiento evolucionista y el sentimiento de compasión (Puleo, 2008).
Cultivando ecológicamente
Fuente: Libro «Hacia un Feminismo del Punto Medio: Nueva Teoría para la Igualdad de Género»
El feminismo supuso un punto de ruptura con los valores patriarcales, lo que no significa que solo tenga que centrarse en los derechos de las mujeres. Hay que incorporar el resto de los derechos humanos y no humanos para, desde una perspectiva holística, conseguir la transformación de un sistema social que presenta más inconvenientes que ventajas, y cuya perdurabilidad no puede ser infinita, como no lo es nada en el universo conocido.
Si el feminismo se dio pronto cuenta de cómo la naturalización de la mujer era una herramienta para legitimar el patriarcado, el ecofeminismo comprende que la alternativa no consiste en desnaturalizar a la mujer, sino en «renaturalizar» al hombre, ajustando la organización política, relacional, doméstica y económica a las condiciones de la vida, que naturaleza y mujeres conocen bien (Pascual Rodríguez y Herrero López, 2010).
Transformar la noción de riqueza basada en la posesión e incorporar la idea de sostenibilidad implica la preservación del universo en el que se habita, y es uno de los pasos a conseguir para la transformación del patriarcado en un sistema social más justo e igualitario.
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Bosch, a., Carrasco, C., & Grau, E. (2005). Verde que te quiero violenta. Encuentros y desencuentros entre feminismo y ecologismo. En E. Tello, La historia cuenta. Del crecimiento económico al desarrollo humano sostenible (págs. 321-345). El Viejo Topo.
Meadows, D., Randers, J., & Behrens III, W. (1972). The Limits to growth: a report for the Club of Rome’s project on the predicament of mankind. New York: Universe Bookd.
Paniagua, A., & Moyano, E. (1998). Medio ambiente, desarrollo sostenible y escalas de sustentabilidad. Reis (83), 151
Pascual Rodríguez, M., y Herrero López, Y. (2010). Ecofeminismo, una propuesta para repensar el presente y construir el futuro. CIP-Ecosocial – Boletín ECOS, nº 10.
Pérez Orozco, A. (2015). La sostenibilidad de la vida en el centro… ¿y eso qué significa? Universidad Pablo de Olavide.
Puleo, A. (2008). Libertad, igualdad, sostenibilidad. Por un crecimiento ilustrado. Isegoria, 0(38), 39-59.
Rosado Millán, M.J. y García García. F. (2018). Hacia un Feminismo del Punto Medio: Nueva Teoría para la Igualdad de Género. Fundación iS+D.
Senent de Frutos, A. (2013). Hacia un derecho sostenible o factible de la Humanidad. En C. Alonso Bedate, ¿Es sostenible el mundo en que vivimos? Un enfoque interdisciplinar (págs. 259-292). Madrid: Universidad Pontificia de Comillas.
Mª Jesús Rosado Millán
Presidenta de la Fundación iS+D para la Investigación Social Avanzada
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