¿En qué medida influye la aparición en los medios al impulso de formación políticas nuevas? ¿Son la visibilización y presencia mediática un factor clave?
España vivió un profundo cambio político tras las elecciones europeas de 2014. Los años anteriores, de crisis y medidas de contención, generaron un progresivo descontento social que se tradujo en desafección política. Eso hizo posible que, frente al bipartidismo tradicional, surgieran con fuerza nuevos partidos nacionales que ganaron en importancia de forma acelerada hasta ser necesarios para gobernar.
Ese cambio, que cristalizó con las elecciones generales de 2015, tuvo en los medios a unos colaboradores imprescindibles, ya que contribuyeron a hacer visibles a esas nuevas fuerzas. Fue el caso de Podemos. En paralelo, otros partidos de ideología similar que sí contaban con trayectoria y representación política, como IU, vieron su presencia mediática reducida al mínimo, acelerando aún más el proceso de cambio.
En este contexto, el artículo «El papel de ElPais.com y ElMundo.es en el nacimiento de Podemos (2014-2015)» aborda si los principales periódicos de España, en sus versiones digitales, fueron parte participante en ese cambio de tendencia política.
fue publicado en la Sección Abierta del Núm. 40 (2023): Masculinidades disidentes en el audiovisual español y latinoamericano contemporáneo de la Revista Prisma Social.
Resumen
España, como muchas otras democracias occidentales, ha atravesado un profundo proceso de cambio en su sistema político. Por causas diversas, acentuadas por las consecuencias de la profunda crisis económica y social iniciada en 2008, han surgido nuevas fuerzas políticas que han pasado a competir con los grandes partidos tradicionales, PSOE y PP.
En el caso español ese cambio se empezó a visibilizar a partir de las elecciones europeas de 2014, cuando Podemos y Ciudadanos, dos fuerzas sin representación política nacional hasta ese momento, lograron representación. En menos de dos años acabarían dando el salto a las Cortes Generales, si bien no desplazando del todo a los dos grandes partidos como sí sucedió en otros países, convirtiéndose en aliados imprescindibles para alcanzar mayorías de gobierno.
Todo ese proceso coincidió también con una profunda crisis mediática, derivada también de los efectos de la crisis económica, pero también de los estragos del cambio de modelo por la digitalización y por la pérdida de confianza de la ciudadanía en ellos. Por eso, como forma de ganar audiencia, los criterios de selección de temáticas noticiosas se adaptaron a las demandas del público. En ese momento esas preferencias, además de por otras propuestas, pasaban también por prestar atención a esas fuerzas políticas nuevas, con mensajes renovadores y candidatos carismáticos.
- Esta investigación muestra que hubo fuerzas como Podemos que contaron con una presencia mediática mucho mayor que otras, como IU, que sin embargo sí tenían presencia institucional.
En la investigación se demuestra que, en el caso de Podemos, hubo una exposición mediática mucho mayor de lo que cabría haber esperado aplicando el criterio de representatividad: a pesar de ser una fuerza política nueva, sin apenas representación y poder efectivo, obtuvo una presencia enorme en los contenidos de los dos principales medios digitales del país, ElPaís.com y ElMundo.es, correspondiendo cada uno de ellos a una adscripción ideológica diferente.
Esa visibilización hizo que la ciudadanía les prestara mucha más atención y, en consecuencia, dejara de prestarse a otras formaciones que, por trayectoria y representación, deberían haberla tenido. En el nicho ideológico de Podemos es el caso de IU, cuya presencia en los medios analizados fue muchísimo menor a lo largo de los veinte meses analizados, lo que contribuyó a que finalmente sus resultados electorales fueran también mucho peores que los logrados por Podemos.
La celebración de elecciones generales en diciembre de 2015 demostró en lo político que los nuevos partidos eran ya actores de peso y relevancia. Pero, además, también demostraron en lo comunicativo que la visibilización de temáticas y protagonistas, como demuestra una larga tradición investigadora en Ciencias Sociales, influye de forma definitiva en la generación de opinión y, en consecuencia, en la toma de decisiones colectiva.
La etapa política que se abrió desde ese momento, marcada por una inestabilidad política inédita desde la Transición, supuso que los grandes partidos tradicionales vieran reducida su cuota de poder y, en paralelo, que nuevas fuerzas, como Vox, emergieran. Años después, sin embargo, esas fuerzas también fueron víctimas de las mismas lógicas -visibilidad y representación-, que repercutieron en su peso político, y en la aparición de nuevas siglas que también comenzaron a ganar presencia mediática de la que antes carecían.
Autor
Borja Ventura-Salom
Doctor en Periodismo por la UC3M y profesor del departamento de Periodismo y Narrativas Digitales de la Universidad San Pablo-CEU. Miembro del Grupo de Investigación Consolidado ICOIDI. Especializado en cultura digital y política, ha publicado en medios de comunicación como Yorokobu, Atresmedia, elEconomista, 20Minutos, Tiempo, ElDiario.es o Jot Down, entre otros. Fue responsable de Comunicación de la Secretaría de Estado de Digitalización e IA del Gobierno de España. Autor de ‘Guztiak’, un libro de entrevistas sobre el final de ETA.