¿Puede el concepto «género» formar parte de una ideología? ¿Tiene sentido de hablar de «ideología de género»? ¿Existen evidencias científicas acerca de la desigualdad de género?
Desde hace algunos años se ha extendido un debate, principalmente por parte de determinados partidos políticos y corrientes de extrema derecha, acerca de si el género forma parte de una ideología la cual, sin ningún fundamento, trata de imponer una visión distorsionada del mundo y de la sociedad.
Sin embargo, tal como veremos a continuación, desde el punto de vista científico hablar de ideología de género sería como hablar de ideología de la gravedad o ideología del sistema solar.
En la actualidad, al igual que ocurre con el cambio climático, existe un amplio consenso científico respecto a cuestiones como la desigualdad estructural de género, la violencia de género y la discriminación que sufren las mujeres en el mundo por el mero hecho de serlo.
En este sentido, existe evidencia científica de que el patriarcado, como sistema social, es un hecho cuyo origen se remonta a las Revoluciones Neolíticas (8.000 a.C. – 3.000 a.C.). Así, la perspectiva de género se aplica ya de manera transversal desde diferentes áreas del conocimiento como la historia, la medicina, la antropología, la sociología, la psicología, la educación, la arqueología, la comunicación o la economía.
De ello hablaremos en esta nueva entrada de la serie Género, Igualdad y Derechos Humanos de este Blog. Si te interesa, te invitamos a explorar las demás entradas publicadas sobre la temática.
Género ≠ Ideología
Los conceptos son abstracciones sobre parcelas de la realidad que ayudan a comprenderla al dotarlas de significado. A esos conceptos se les denomina con palabras, las cuales hacen posible la comunicación, y a través de ella, la compartición del concepto. Por eso las palabras tienen su importancia, sobre todo cuando se combinan para formar pensamientos sobre alguna cuestión.
El hecho es que, en ocasiones, se combinan palabras que no pueden ir juntas porque corresponden a conceptos diferentes que no son combinables entre sí como la “ideología de género” que hoy en día circula por algunos ámbitos. Es como si dijésemos “era de noche y, sin embargo, llovía”.
La ideología hace referencia al conjunto de ideas que una persona, un grupo o una sociedad, tiene respecto de algo. Las ideas son la representación mental de ese algo y son las que dan lugar a la generación de las creencias. Para que una idea pase a ser una creencia, hace falta que se instale en el imaginario social a través de la repetición, es decir, de los hábitos. Pero las creencias que nacen de las ideas no son evidencias, sino afirmaciones que se dan por buenas sin necesidad de ninguna demostración.
Por otro lado, el género, cuando hablamos de mujeres y hombres, es una construcción social que marca el papel que se espera que una persona represente a lo largo de su vida en función de su sexo biológico, es decir, el conjunto de formas de ser y estar que esa persona debería seguir según sea hombre o mujer.
- Hablar de “ideología de género” es un sinsentido, como lo sería hablar de “ideología de la gravedad”, “ideología de la suma” o “ideología de la tabla periódica”.
¿Por qué no pueden ir juntos “ideología” y “género”?
Porque, desde el punto de vista científico, el género es una categoría de análisis, es decir, un concepto al que se le asocia una definición que permite estudiarlo desde diferentes ángulos, o lo que es lo mismo, analizarlo en función de los distintos elementos que lo conforman. No es, por tanto, un conjunto de ideas sobre algo, sino un concepto que permite analizar ese algo.
¿Qué se esconde detrás de la utilización combinada de la “ideología” con el “género”? La creencia de que el género forma parte del reino de las ideas que dan lugar a unas creencias determinadas que distorsionan la realidad, que se presupone única, uniforme e infinita y que considera a las mujeres diferentes de los hombres a nivel físico, psíquico y social. Es decir, se despoja al “género” de su significado como categoría de análisis para asociarle otro diferente, que no se sabe bien cuál es, pero que al combinarlo con la “ideología” se sitúa en el terreno de las ideas-creencias.
Otra cosa es que las personas tengan ideología, lo que hace que no puedan ser neutrales al elaborar sus pensamientos. Pero no conviene mezclar la subjetividad de la construcción de la realidad social con los elementos que se utilizan para analizarla y dotarla de significado.
Por ello, hablar de “ideología de género” es realmente un sinsentido, como lo sería hablar de “ideología de la gravedad”, “ideología de la suma” o “ideología de la tabla periódica”.
En este sentido, los argumentos a favor de una supuesta «ideología de género» entroncan más con teorías como el terraplanismo, el cuestionamiento de la diversidad y de los derechos humanos o la negación del cambio climático.
Mª Jesús Rosado Millán
Presidenta de la Fundación iS+D para la Investigación Social Avanzada
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