De manera acorde con la configuración de los mensajes, integrados mayoritariamente por retuits, el análisis del comportamiento refleja una acción masiva de difusión coordinada desde algunas cuentas aparentemente desconectadas, ninguna de las cuales se corresponde con los perfiles oficiales de Vox. Esta ilusoria espontaneidad orquestada por el partido de ultraderecha, que recuerda a las campañas de astroturfing, contrasta con la polarización de sus mensajes alrededor de algunos hubs o influencers que lideran la comunicación desde la proximidad entre unas cuentas y otras, cuyos comentarios son redifundidos por el resto de los/as participantes. El análisis del ethos discursivo de los/as usuarios/as más prolíficos/as, realizado en función de las variables de su presencia virtual, estatus y marco de interés, confirma la clara vinculación de esos/as influencers con Vox.

La estructura patémica subyacente al discurso misógino generalizado trata de capitalizar el descontento provocado por la pandemia. Se intenta canalizar la insatisfacción culpabilizando a las mujeres feministas y convirtiéndolas en el blanco de las críticas, al tiempo que se promueve la desinformación en torno al movimiento. La ira, el odio, el miedo y la frustración son las emociones negativas más reiteradas, con el objetivo de movilizar a las personas simpatizantes e incrementar así la viralidad de los mensajes.

Los frames, estratégicamente empleados en esas iniciativas, son sencillos y reiterativos. Se intenta definir de una manera concisa lo que el programa ideológico de Vox presenta como un «problema»: el feminismo y su capacidad para imponerse en las políticas públicas o en las decisiones gubernamentales y de beneficiarse económicamente de ello. La comparación entre los clusters asociados a los lemas «feminismo» y «mujer» muestra el carácter antagónico de los verbos relacionados más frecuentemente con ambos grupos de palabras, lo que evidencia la construcción discursiva de la misoginia característica de las formaciones de ultraderecha y revela la autorreferencialidad de los mensajes.

La investigación pone de manifiesto que el antifeminismo de Vox se alinea con la misoginia que constela los discursos de la Manosfera. Se asume como un dato de hecho que el feminismo constituye un bloque compacto y uniforme, que conspira con el Gobierno para desestabilizar el orden tradicional, y se critica su carácter impositivo y violento, así como su vinculación con los partidos de izquierda.