El artículo «El giro cultural en la teoría organizacional», publicado en el Nº 18 de la Revista Prisma Social, tiene por objetivo trazar una breve y sintética genealogía del rol de la cultura dentro de la Teoría Organizacional. Así, los investigadores de la Universitat de Vic, Fran Morente y Xavier Fèrras, llevan a cabo esta exposición a partir de las principales aportaciones que buscaron, desde un posicionamiento humanista y sociológico, reubicar a la importancia de los agentes dentro de esas grandes estructuras sociales llamadas organizaciones.

El giro cultural en la teoría organizacional

Deleuze y Guattari, en Qu’est-ce que la philosophie?, nos recuerdan que las teorías se construyen en base a abstracciones denominadas conceptos. Todas las ciencias se asientan y edifican su torre sobre un fenómeno concreto –el espacio (la geografía), el tiempo (la historia), los números (las matemáticas), los animales (la biología) y así sucesivamente–. El resto de conceptos, y por extensión la realidad entera, queda supeditada a ese punto de observación. Sin este punto fijo, ninguna ciencia puede desarrollarse.

La cultura debe entenderse por el modo por el cual integramos las relaciones humanas y la realidad concreta en el estudio de la organización.

Cuando hablamos de Teoría Organizacional recurrimos a su definición más trillada y superficial: la teoría que tiene por cometido principal estudiar, entender y modificar las organizaciones. Y una organización cabe entenderla, a diferencia de la sociedad, como un conglomerado de agentes que a través de interacciones sociales trabajan hacia un fin común. Nos unimos a otros por necesidad, porque sin ellos no lograríamos un supraobjetivo más allá de nuestra capacidad individual.

Estos son los dos puntos de partida.

Siendo las organizaciones un fenómeno del máximo interés, pues gran parte de nuestra vida discurre dentro de estas, la Teoría Organizacional se ofrece como un marco excelente donde los distintos scholars pueden realizar investigaciones de distinto carácter. No obstante, y simplificaciones al margen, la Teoría Organizacional rehúye la simplificación; no hay nada parecido a un episteme común, homogéneo y unitario. Cualquier disciplina se siente competente para indagar en la conceptualización y transformación práctica de las organizaciones. Por decirlo de una vez: un mismo fenómeno –la organización– puede ser abordado desde distintos approaches.

Partiendo de aquí, el artículo titulado El Giro Cultural en la Teoría Organizacional tiene por objetivo trazar una breve y sintética genealogía del rol de la cultura dentro de la Teoría Organizacional. El momento en el que aparece la cultura en escena, lo denominamos el Giro Cultural. El recorrido parte de los primeros enfoques regidos por el tecnocratismo fayoliano, que suele minusvalorar el poder de la cultura y de la agencia en las estructuras, hasta posicionamientos más integrales, que balancean la siempre difícil tensión entre estructura y agentes. La cultura debe entenderse por el modo por el cual integramos las relaciones humanas y la realidad concreta en el estudio de la organización.

Con esta nueva sensibilidad teórico-práctica, la organización deja de percibirse como un todo sólido e indiferenciado, y la naturaleza plural de lo cotidiano empieza a abrirse paso. La cultura abre la Teoría Organizacional al estudio complejo y detallado; la cultura nos dirige hacia el estudio en profundidad de las organizaciones modernas.

AUTORES

Fran Morente

Licenciado en Ciencias Ambientales (UAB), postgrado en diagnosis ambiental (UB), master en geografia (UAB), Erasmus Summer course en IUAV di Venezia y Doctor en Derecho, Economía y Empresa (UVic). Es investigador en la Universitat de Vic en los topics innovación, teoría organizacional y sociología de la interacción.

Xavier Ferràs

Ingeniero Industrial (UPC), MBA (ESADE) y Doctor en Economía y Empresa (UB). Es rector e investigador en la Univeristat de Vic, experto en estrategia, empreneurship, ponente, experto tecnológico y autor del blog Innovación 6.0.

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