De acuerdo con nuestro compromiso con Trabajando en Positivo y la campaña “Empresas responsables con el VIH y el sida en España”, seguimos desmotando mitos sobre el VIH. La semana pasada hablábamos de si una persona con VIH faltaba menos al trabajo o tenía menos capacidad para trabajar, hoy nos hacemos otra pregunta: ¿es necesario que en la empresa se sepa que una persona tiene VIH?
Mito #4:
«Si tengo VIH mi empresa tiene que estar al tanto»
Como ya decíamos, una persona con VIH bajo ningún concepto debería ser discriminada, pues sus capacidades son las mismas que si no tuviera el virus. Sin embargo, es cierto que a veces ante el miedo a lo que la sociedad pueda pensar o decir, el afectado por el virus prefiere guardar su condición en secreto, lo que está en su derecho.
Desde 1988, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reconocen que la utilización de pruebas serológicas para la detección del VIH en el trabajo son innecesarias e injustificadas y, por tanto, no han de ser exigidas.
El derecho a la intimidad está garantizado por la Constitución Nacional; es por ello que ninguna persona tiene obligación de desvelarlo en ninguna circunstancia relacionada al trabajo.
Mito #5:
«Una persona con VIH cuesta más a una empresa»
La conclusión anterior, nos lleva a desmentir otro mito: una persona con VIH cuesta a su empresa lo mismo que una persona sin el virus. En realidad, todo el tratamiento médico antirretroviral de las personas con VIH está coubierto por el Sistema Nacional de Slud, por lo qu eno supone ningún coste para la empresa ni para el trabajador.
Las empresas no tienen por qué asumir ningún gasto añadido por contratar a una persona con VIH. Al contrario, si el VIH es causa de discapacidad en el trabajador, la empresa puede obtener bonificaciones a la hora de su contratación.
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